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El Gran Rabino de Israel, Yona Metzger, cree que la comunidad internacional debería crear un sínodo interconfesional para disipar las tensiones entre las religiones y con ello deslegitimar a todos los que dicen matar en nombre de Dios.
"La desconexión entre los líderes religiosos es tan grande que deberíamos escuchar y conocer las opiniones de cada uno, aunque sólo sea para que no pensemos que el otro tiene cuernos", dice Metzger en una entrevista, en la que aseguró que el "No matarás" sólo tiene una interpretación y es común a todas las confesiones.
Plantea que su "sueño" sería un organismo "como el de la ONU" o "dentro de la ONU", que reúna a representantes religiosos y guías espirituales de todos los países y religiones para que dialoguen y, en caso de crisis, contribuyan a disipar las tensiones.
De 57 años y padre de seis hijos, Metzger es conocido por su tolerancia, que le llevó hace varios años a crear una comisión interconfesional que reúne periódicamente a todos los guías espirituales de la zona, israelíes y palestinos.
"Gran parte del derramamiento de sangre en el mundo", explica, "se origina por un cortocircuito entre los líderes religiosos", porque "se escuchan rumores" y "se publican falsedades".
"Pero no hay duda -afirma- de que la religión y el derramamiento de sangre son polos opuestos", y que la violencia sólo procede de "extremistas que explican la religión diciendo que su Dios les ha ordenado matar a los que no son como ellos".
Ex capitán del Ejército y ex rabino de la ciudad de Tel Aviv, donde consiguió ganarse el favor de la población secular, Metzger ocupa la jefatura del rabinato askenazí desde 2003.
Por ley, existe también un rabino jefe sefardí, situación que cambiará en 2014 cuando se unifiquen los dos rabinatos.
Consultado sobre el conflicto palestino-israelí, el Gran Rabino de Israel alienta a todas las partes a "negociar" porque "es importante hablar, escuchar al otro qué es lo que quiere (para) saber qué es lo que podemos dar".
Sin entrar en detalles -dice que "no es responsable hablar de lo que no se conoce"-, adopta como condiciones para un acuerdo de paz que incluya la retirada israelí de Cisjordania, que ésta sirva para evitar el derramamiento de sangre, garantice la seguridad de Israel y fomente la paz.
Sobre la situación actual de los judíos en el mundo no oculta su preocupación por el fenómeno de la asimilación y los matrimonios mixtos, que en algunos países occidentales supera el 70 por ciento.
"Precisamente es esta situación en la que los judíos disfrutan de igualdad y no sufren persecuciones la que (...) impulsa los matrimonios mixtos y el que grandes porciones de nuestro pueblo se vayan desconectando de nosotros", sostiene.
La estricta ley ortodoxa considera judíos sólo a los hijos de mujer judía, y debido a que esta religión ve con recelo la incorporación de nuevos miembros, es constante la pérdida de caudal demográfico.
"Nuestra religión es realmente una religión difícil. Pero el ser judío no pasa por la dificultad sino por la creencia en un camino", declara Meztger al explicar las difíciles condiciones para la conversión, que suponen entre seis y doce meses de estudio.
"Las leyes no las inventamos nosotros, nos las entregó Dios en el Monte Sinaí (…) Es lo mismo que un club que pone condiciones a la entrada de nuevos miembros", admite.
Preguntado por la polémica prohibición de algunos rabinos a que los judíos vendan casas a árabes, Metzger pide "cautela" porque si bien es cierto que en principio denotan racismo, también es cierto que detrás arrastran "un serio problema".
"Hay que ser muy sensibles con esto (...) Estoy en contra de estas declaraciones que causan tanto daño internacional a Israel, pero (...) nos guste o no, hay aquí un problema con ramificaciones para la seguridad de Israel", afirma, al acusar "a Irán" de financiar "la compra sobrevalorada de viviendas judías en Galilea".
En alusión a otra reciente y conflictiva declaración, la del mentor espiritual del partido ultra-ortodoxo Shas, Ovadía Yosef, sobre que los pueblos gentiles deberán servir a los judíos, Metzger dice "poner su mano en el fuego de que no fue esa su intención".
"Al rabino Yosef hay que saber entenderle. Los medios extraen de sus sermones una frase aislada que suena terrible, pero que en el lenguaje religioso de la Torá suena completamente de otra manera", asegura sobre quien también ocupó el Gran Rabinato hace dos décadas.
Aunque no da ninguna explicación, condesciende con que la interpretación que hicieron los medios de sus palabras suena "terrible", si bien insiste en que en el complejo lenguaje rabínico "hay que saber qué dijo antes y después" para interpretar las ideas del nonagenario Yosef. EFE
me da la impresión que este rabino anda con un pies en la calle y otro por la vereda , así queda bien con todos. Es curioso pero creo que tiene que ser así, las "alianzas" es lo próximo que veremos.
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