De pronto me he encontrado con una
tendencia, que si bien, he escuchado muchos fundamentos al respecto, me ha
resultado sorprendente, y eso en un mundo como el actual es bastante decir. De
inmediato recordé una gran película del año 2006 llamada “Hijos de los hombres”,
que nos presenta un mundo en caos, terrorismo, guerras y desordenes sociales
que por cierto, bastante tiene que ver con nuestra actual realidad, pero que
donde en 18 años no han existido nuevos nacimientos, las películas en la mayoría
de los casos nos parecen tan sólo una ficción, pero bien sabemos que en muchas
oportunidades la ficción supera a la realidad. Hijos de los hombres nos
presenta un mundo en caos, en el que finalmente nace un niño pero que debe ser
resguardado embarcándose junto a su madre en un bote para escapar de Londres,
sobre aguas que otorgan inestabilidad y falta de seguridad en el futuro, el
nacimiento de un niño siempre es sinónimo de nuevas esperanzas, pues a pesar
del caótico mundo en el que ha nacido, la esperanza siempre está latente. Al
mirar el presente video y de acuerdo a las condiciones del mundo que se nos
presenta hoy, nos parece absolutamente racional hablar sobre la inconveniencia
de traer nuevos seres humanos para experimentar el sufrimiento que este mundo
ha de ofrecerles, pues el futuro hoy se ve demasiado oscuro como para continuar
sobre poblando un planeta que está con graves problemas sociales, económicos, políticos,
de salubridad y alimentación, pero independiente de adherirse a alguna
corriente social o filosófica, lo principal que es importante resaltar es que esto
ocurre, como todo lo que está ocurriendo ante nuestros ojos, para que se cumpla
la palabra de Dios, en el evangelio de Lucas, Jesús en su camino a su crucifixión
señala refiriéndose a un tiempo futuro:
"Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloren por mi, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.
Porque he aquí vendrán días en que dirán: bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.
Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos" (Lucas 23:28-30).
Es asombroso ver todos los
acontecimientos a diario y percatarnos que el panorama final está comenzando a
tomar forma, nuestro mundo ya está maduro, y las condiciones listas para que la
ira de Dios caiga sobre un mundo que ha rechazado a su creador, y que ha
fracasado en todos los sistemas de gobierno que el hombre ha intentado, dejando
a un mundo en caos y en proceso de descomposición, que es exactamente en el cual
nos encontramos, la idea de no traer más niños al mundo es una idea que ya
había escuchado de boca de muchas personas, lo que me ha asombrado es que
existe un postura filosófica al respecto, eso es lo nuevo para mí, pero mi
sorpresa crece aún más al comprobar que la palabra de Dios comienza a cumplirse
en todos los aspectos, en este caso una postura como esta parece incluso esta
sensata, ciertamente a todos nos da temor traer nuevos niños a un mundo que se está
cayendo a pedazos, a pesar que un nuevo nacimiento pueda significar una nueva
esperanza, en este caso, las propias palabras de nuestro Mesías dejan cuenta
que al mundo le quedan muy pocas esperanzas, pero que para los hijos de Dios
significan las más anheladas esperanzas y las señales inequívoca de su venida…
“Cuando estas cosas comiencen a
suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”.
(Lucas 21:28)
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