Génesis 2:1 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
Génesis nos habla de los cielos, en plural Hashamayin, y la tierra, que son el primer cielo y la primera tierra, sabemos esto pues en apocalipsis se nos señala que esto que fue creado en el futuro llegará a su fin:
“Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar”.(Apocalipsis 21:1)
Sin embargo las escrituras nos señalan que nuestra ciudadanía está en los cielos, como lo señala el apóstol Pablo a los filipenses y a los corintios:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”; (Filipenses 3:20)
“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. (2 corintios 5:1)
¿Cómo es entonces que el cielo dejo de existir?, esto es debido a que ese cielo que vemos es pasajero, lo que no se ve es eterno, existe un cielo que no vemos de la cual es nuestra ciudadanía.
2 Corintios 4: 18
“Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno”. (Versión NVI)
“no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. (Versión RV60)
“Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades”. (2 Corintios 12:1-5)
Existe un primer cielo, y un tercer cielo, por lo tanto obviamente debe existir un segundo cielo.
Lo que importa aquí es que lo que vemos es pasajero, apocalipsis nos describe que dejará de existir, sin embargo existe un cielo que es eterno y del cual es nuestra ciudadanía.
Génesis comienza diciéndonos que los cielos y la tierra fueron acabados, pero además de ello también fue acabado todo el ejército de ellos. Esto resulta algo enigmático y me parece que siempre pasa desapercibido, fueron acabados los ejércitos nos dice las escrituras, algunas versiones lo traducen de otra manera:
“Así quedaron terminados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos”. (NVI, RV1995)
“Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes” (Biblia de las Américas)
La palabra utilizada en este versículo es la palabra TSEBAÁ, que significa masa de personas organizadas para la guerra, es decir un ejército. Ejércitos para los cielos y para la tierra, no nos da más indicios las escrituras sobre esto, es posible que esto tenga que ver con la oposición que encontraremos siempre en las escrituras entre las tinieblas y la luz, que lo vemos ya desde el versículo 2 de Génesis y que se extiende hasta el final de las escrituras, donde las tinieblas son finalmente derrotadas.
2:2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.
2:3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
Todo esto es el origen de la creación con toda la implicancia de lo que ya hemos analizado en los capítulos anteriores, es la creación pero también es el plan de Dios para la humanidad, es la presentación desde el principio del Mesías, culminando con el día séptimo, el reinado del Mesías, que traerá descanso y paz
2:4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,
2:5 y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,
2:6 sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.
2:7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
En el último siglo predominó la teoría de que el hombre evolucionó de los primates, sin embargo en el último tiempo poco a poco se ha ido desestimando la llamada teoría de la evolución, que desde un principio no ha pasado de ser eso, una teoría, la cual hasta hoy no ha podido ser confirmada, se supone que debe existir un eslabón que permitió al hombre evolucionar hasta su condición de Homo sapiens, y los primates continuar como tales, por supuesto ese eslabón hasta el día de hoy no ha podido ser encontrado, y sabemos muy bien que nunca se encontrará porque sencillamente no existe tal eslabón, resulta altamente llamativo que una teoría que carece de un fundamento sólido y basado en la suposición de un factor que no existe haya alcanzado tal resonancia en la ciencia y haya predominado en la educación de los niños en las escuelas de todo el mundo desechando de esta manera la obra creadora de Dios. Por supuesto este es un plan muy bien planificado, no olvidemos que la teoría de la evolución fue contemporánea con otra doctrina que vio la luz a mediados del siglo XIX como fue el Marxismo, que traía consigo el ateísmo, ¡ Qué casualidad no!.
Contrariamente a las teorías que el propio hombre pueda inventar en relación a su origen, las escrituras no dejan dudas al respecto, hemos sido testigos del cumplimiento de la palabra de Dios, ella es un testimonio fidedigno de lo acontecido y de lo por acontecer, las escrituras nos señalan que ellos “Profesando ser sabios, se hicieron necios” (Romanos 1:22), la Biblia nos dice que somos creación de Dios, que fuimos formados del polvo,
Acuérdate ahora que como a lodo me diste forma; ¿y en polvo me has de tornar? (Job 10:9)
Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? O dirá el vaso de barro al que lo
labró: ¿Por qué me has hecho tal? ¿O no tiene potestad el alfarero para hacer de la misma masa un
vaso para honra, y otro para vergüenza? (Romanos 9:20-21)
Las escrituras nos claras y nos recuerdan que del polvo fuimos creados, él nos creó de la tierra y soplo aliento de vida y fuimos seres vivientes, llevamos cada uno de nosotros su espíritu y somos su imagen en nuestro ser espiritual, pues Dios es espíritu.
Algunos elementos que se encuentran en la composición de nuestro cuerpo como el hierro, azufre, potasio, flúor, calcio, fósforo, cloro, yodo, magnesio, oxigeno, nitrógeno, carbono , hidrógeno, son elementos que también encontramos en la tierra.
2:8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.
2:9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Plantó un huerto el Señor en Edén, la palabra hebrea para HUERTO es GAN, que significa jardín o paraíso, pero proviene de la palabra GANAN, que significa Cercar, proteger, amparar.
Es decir Dios hizo al hombre y lo puso en un lugar que era un paraíso, y donde iba a estar protegido, amparado, y al medio del huerto estaba el árbol de la vida, que nuevamente es una imagen del Mesías, de el manaba la vida, y esa vida era la luz de los hombres, recordemos como inicia Juan su Evangelio “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1:4). Aquella es la imagen que debió ser siempre, y es la imagen que veremos en el futuro cuando todas las cosas sean hechas nuevas,
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”. (Apocalipsis 21:1-7)
La escena que nos describe Génesis es similar a la de Noé (Génesis 9:20) y a la parábola de la Viña descrita en Mateo (MATEO 21:33), Dios puso a Adán en el huerto para que lo labrase y lo guardase, ese era el plan original, labrar el huerto o la viña y alimentarse de su fruto, pero la escena cambio bruscamente, y tal como Noé el fruto de la viña provocó su embriaguez (leer la “Embriaguez de Noé)
“Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. (Mateo 21:33)
2:10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.
Dice la escritura “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”.(Juan 7:38)
Todo es imagen del Mesías, el árbol de la vida, el rio que riega el huerto, todo es una imagen, de quien debemos alimentarnos, quien nos debía iluminar, cuyas aguas nos debían inundar, y satisfacer nuestro espíritu. El manantial de la redención está en lo profundo del corazón del Padre. El primer eslabón de nuestra salvación está en las manos de Dios.
Veamos un relato que el apóstol Juan nos describe en su evangelio y que nos habla del estanque de Siloé
“Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego,
y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo”. (Juan 9:1-7)
Una vez que se lavó el ciego en el estanque de Siloé, en el estanque del enviado, cuando esas aguas tocaron sus ojos el pudo ver, antes Israel había rechazado esas aguas y fueron cegados, y el Señor les envió un rio de aguas impetuosas:
“Por cuanto desecho este pueblo las aguas de Siloé, que corren mansamente, y se regocijó con Rezín y con el hijo de Remalías; he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de ríos, impetuosas y muchas, esto es, al rey de Asiria con todo su poder; el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas; y pasando hasta Judá, inundará y pasará adelante, y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emanuel. (Isaías 8:6-8)
Tenemos otra imagen de esas aguas que dan vida en los arroyos del Neguev,
"Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, Seremos como los que sueñan.
Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza;
Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.
Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres.
Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, Como los arroyos del Neguev". (Salmo 126:1-4)
Los Arroyos del Neguev son unos lechos que parecieran estar secos, por ellos corre agua pero no las mantienen, el Neguev se alimentan de aguas de lluvia, estos arroyos se convierten en ríos subterráneos que llegan hasta el mar muerto donde producen un oasis, entre el mar muerto y el desierto, en medio de esos agentes de muerte, está este oasis que se alimenta de las aguas subterráneas del Neguev. En síntesis los arroyos del Neguev no tienen agua propia, por ahí corren las aguas de las lluvias, por lo tanto su agua siempre está fresca, nunca retiene estas aguas, por lo tanto nunca se contaminaran, siempre se renuevan, el Neguev comparte sus aguas y hace florecer el desierto. Estas aguas siempre están en movimiento, es similar al Espíritu Santo que siempre está en movimiento y trae vida a su paso.
2:11 El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro;
2:12 y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice.
Pisón = Pishon = Dispersar, viene de la push que significa esparcir, extender, (actuar orgullosamente)
Havila, esto se reconoce que es la región de Arabia.
“Y estos fueron los años de la vida de Ismael, ciento treinta y siete años; y exhaló el espíritu Ismael, y murió, y fue unido a su pueblo. Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto viniendo a Asiria; y murió en presencia de todos sus hermanos”. (Génesis 25:17-18)
1 Samuel 15:7
2:13 El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus.
Gihón = Borbotar como agua, Gemir
"Y el rey les dijo: Tomad con vosotros los siervos de vuestro señor, y montad a Salomón mi hijo en mi mula, y llevadlo a Gihón"; (1 Reyes 1:33)
“y el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han ungido por rey en Gihón, y de allí han subido con alegrías, y la ciudad está llena de estruendo. Este es el alboroto que habéis oído. (1 Reyes 1:45)
“Este Ezequías cubrió los manantiales de Gihón la de arriba, y condujo el agua hacia el occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo”. (2 Crónicas 32:30).
La tierra de Cus es Etiopia
2:14 Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.
Hidekel =Tigris “Y el día veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel”. (Daniel 10:4).
Eufrates = Perat = Abrirse paso, Correr.
2:15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Toma Dios al hombre y lo puso en este lugar donde iba a estar protegido, alimentado por el árbol de la vida, por un rio que confortaría su alma, por todos los frutos que necesitaba para vivir, no solo de frutos que sirven de alimento físico sino también espiritual “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. (Gálatas 5:22-23).
2:16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
2:17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Las escrituras no nos indican donde estaba este árbol, en algún lugar del huerto estaba, el árbol que estaba en el medio era el árbol de la vida (Gn 2:9), prestemos atención a ese detalle.
2:18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Hasta aquí todo era bueno, aquí encontramos el primer “No es bueno”, No es bueno que el hombre este solo, Adán también es una imagen del Mesías, de hecho Jesús es conocido como el Postrer Adán, de alguna manera Dios nos amó de una manera que no entendemos, y fuimos creados para ser la esposa del Mesías, fuimos creados para ser su pueblo amado y el nos dio a luz cuando nos redimió y de esa manera salimos de su costado, esto es una imagen de lo que iba a ocurrir un día en la cruz, como lo relata el apóstol Juan:
“Más cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.
Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua”. (Juan 19:33-34)
Todo Fue hecho por medio de él y para él, Eva es la imagen de su pueblo redimido, de aquel pueblo que nació del costado del Mesías, es la imagen de Adán en un profundo sueño, que es la muerte del Mesías, y en esa condición nacemos como pueblo, o como la esposa del Mesías.
“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén”. (Romanos11:36)
2:19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.
2:20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.
2:21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.
2:22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
2:23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.
2:24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
2:25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
No se avergonzaban de estar desnudo, pues la gloria de Dios los cubría, en ese momento ellos están revestidos de la justicia de Dios, y viven sin culpas y sin miedos, pronto la situación cambiaria dramáticamente.