El mundo en este último tiempo ha entrado en una vorágine de pandemias, manifestaciones, revoluciones y guerras, situación que se ha ido contagiando en diversas regiones del planeta, las escrituras con muchos siglos de antelación ya lo habían previsto, el mundo se ha convulsionado, sin embargo aún nos queda ingresar al período más turbulento que la humanidad haya experimentado, las escrituras lo señalan “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá, y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (mateo 24:21-22).
El escenario se ha dado para la rebelión de los hombres, y el hombre contemporáneo ha salido a las calles a luchar por sus derechos, estamos en una etapa donde se ha cuestionado la organización del Estado y sus bases democráticas, estamos en un momento histórico donde las democracias en el mundo han entrado en crisis, y lo que se busca es enaltecer la dignidad y los derechos de los pueblos frente a las desigualdades que la organización de las democracias ha generado.
Es lamentablemente que el camino que el hombre ha elegido no sea el correcto, es aquel sólo el vano esfuerzo de los hombres tal como al principio de la historia, los edificadores de esta nueva sociedad han desechado la piedra, y han elegido el ladrillo, la historia se repite, y tal como en el pasado esta moderna torre de babel que hoy se construye, esa que hoy los hombres están levantando, el Señor mismo será quien se encargará de derrumbarla.
Como los dolores de parto será la venida del hijo del hombre, aquellos dolores que la humanidad ya comienza a experimentar.
¿Porqué se amotinan los pueblos?