viernes, 24 de septiembre de 2010

OBAMA QUIERE UN ESTADO PALESTINO EN LA PRÓXIMA ASAMBLEA DE LA ONU

La delegación palestina, con Mahmud Abbás a la derecha, durante el discurso de Obama.

El presidente refrenda su compromiso con Israel, cuyos delegados no estaban en la sala


Barack Obama quiere que un Estado palestino pueda asistir a la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2011. Ante el plenario de esta institución, el presidente de EE.UU. urgió ayer a las partes a resolver de una vez su conflicto. También urgió al resto del mundo a colaborar. A Israel la instó a congelar nuevos asentamientos, y a los supuestos amigos del pueblo palestino a dejar de boicotear su futuro empeñándose en destruir el Estado israelí.

El presidente Obama compareció ante la ONU con corbata azul a juego con el vestido de su secretaria de Estado y principal arquitecta de su plan de paz, Hillary Clinton, sentada entre el público con peinado nuevo y expresión grave. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, escuchaba atento desde su sitio. En cambio estaban vacíos los asientos de la delegación israelí. Esto podía deberse a la coincidencia del evento con la fiesta de la «Sukkot», lo más parecido al Día de Acción de Gracias judío. Pero también podía constituir un detalle escenográfico en sí mismo. A los palestinos, Obama les dijo que si no se alcanza la paz nunca gozarán «del orgullo y la dignidad» de tener su propio Estado. Se quedarían como están. Mientras que a Israel, Obama le advirtió de que si no hay acuerdo no sólo carecerá de paz y de seguridad, sino que se impondrán «las duras realidades de la demografía»: un Estado israelí más confuso y menos judío.

Obama elogió la moratoria de nuevos asentamientos judíos que expira este domingo, y que la parte palestina exige que se extienda para seguir negociando. El titular de la Casa Blanca expresó su inequívoco apoyo a la extensión de la moratoria, pero también rechazó que las conversaciones se detengan por este punto: «Ahora es el momento para que las dos partes se ayuden a salvar este obstáculo, es el momento de construir la confianza —y de ganar tiempo— para que puedan hacerse progresos sustanciales, es el momento de no dejar pasar esta oportunidad».

Refrendó el presidente su compromiso inquebrantable con la seguridad de Israel: «Cualquiera que intente destruir este Estado, que es legítimo, tendrá a Estados Unidos enfrente». Bordeando la condena directa al terrorismo de Hamás o Hizbolá, a los que no citó, sí llamó al pueblo palestino a «no equivocarse» y a comprender que hay mucho más coraje en la lucha por la paz de un líder como Mahmud Abbás que en «cualquiera de los que disparan cohetes contra mujeres y niños». «Matar a israelíes inocentes no es resistencia, es injusticia», clamó el mandatario.

También pidió el activo concurso de toda las Naciones Unidas para zanjar de una vez seis décadas de conflicto en Oriente Próximo, que la política estadounidense ya no puede permitirse. Ni el resto del mundo. «Los amigos de Israel debemos comprender que la seguridad del Estado judío requiere de una Palestina independiente; y todos los amigos de los palestinos debemos comprender que los derechos de ese pueblo sólo se conseguirán por vías pacíficas», concluyó.

Invitación al líder chino

Barack Obama, en otro de sus «frentes» diplomáticos predilectos, mantuvo una reunión «económica» con el primer ministro chino, Wen Jiabao, a quien pidió una revaluación significativa del yuan, e invitó al presidente Hu Jintao a visitar en enero los Estados Unidos. La invitación fue aceptada de inmediato, según comunicó la delegación china presente en la sede de Naciones Unidas.

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